jueves, 14 de noviembre de 2013

EVANGELIO DEL PRÓXIMO DOMING0

 
 
+ Lectura del santo evangelio según san Lucas 21,5-19
 
En aquel tiempo, algunos ponderaban la belleza del templo, por la calidad de la piedra y los exvotos. Jesús les dijo:
- Esto que contempláis, llegará un día en que no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido.
Ellos le preguntaron:
- Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?
Él contestó:
- Cuidado con que nadie os engañe. Porque muchos vendrán usando mi nombre diciendo: «Yo soy» o bien «el momento está cerca»; no vayáis tras ellos.
Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico.
Porque eso tiene que ocurrir primero, pero el final no vendrá enseguida.
Luego les dijo:
- Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países epidemias y hambre.
Habrá también espantos y grandes signos en el cielo.
Pero antes de todo eso os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a los tribunales y a la cárcel, y os harán comparecer ante reyes y gobernadores por causa de mi nombre: así tendréis ocasión de dar testimonio.
Haced propósito de no preparar vuestra defensa: porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro.
Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os traicionarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán por causa de mi nombre.
Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá: con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas.
 
Palabra de Dios.
 
COMENTARIO
 
 
Las imágenes de los textos evangélicos del Fin de los Tiempos ( Lc. 21, 5-19) tal vez nos resultan un poco incómodas.  Pero es el mismo Jesucristo quien nos las da para alertarnos, para que estemos siempre preparados.          
El día final Cristo vendrá a poner las cosas en su lugar.  En la vida presente, y sobre todo en nuestro mundo actual, pareciera que el Mal venciera sobre el Bien, pareciera que los que no viven de acuerdo a Dios viven más tranquilos y hasta más felices.  Sin embargo ese día, a cada uno le tocará lo que haya merecido con su conducta en esta vida.  “Ya viene el día del Señor ardiente como un horno”.  Para unos ese horno “los consumirá como paja”.  Pero para “los que temen al Señor, brillará el Sol de Justicia y les traerá la salvación en sus rayos” (Mlq. 3, 19-20).
En el trozo del Evangelio de San Lucas se mezclan anuncios sobre el fin del mundo con la caída de Jerusalén y la destrucción del Templo –hechos que ya sucedieron 40 años después de la muerte de Jesucristo.  Los Apóstoles le preguntan cuándo iban a suceder estas cosas.  Y el Señor les da algunas señales:  1.)  Muchos tratarán de hacerse pasar por Cristo.  2.)  Sucederán guerras y revoluciones que no son aun el final.  3.)  Se levantará una nación contra otra y un reino contra otro.  4.)  Terremotos, epidemias y hambres.  5.)  Señales prodigiosas y terribles en el cielo.  6.)  Persecuciones y traiciones para los cristianos. 
Señales adicionales que completan el cuadro final aparecen en otros textos de la Sagrada Escritura:  1.)  El Evangelio habrá sido predicado en todo el mundo.  2.)  La mayor parte de la humanidad habrá perdido la fe y estará imbuida en las cosas del mundo.  3.)  La humanidad estará muy parecida a los días de Noé.  4.)  Se manifestará el anti-Cristo, que con el poder de Satanás realizará prodigios con los que pretenderá engañar a toda la humanidad.
Otros textos nos hacen saber cómo volverá Jesucristo:  primeramente aparecerá en el cielo su señal -la cruz-; vendrá acompañado de Ángeles y aparecerá con gran poder y gloria.  No así el impostor, el anti-Cristo (cf. Hch. 1,11y Mt. 24, 30-31).
            Concluye el Señor su relato sobre el Fin de los Tiempos así:  “Fíjense en la higuera y en los demás árboles.  Cuando ustedes ven los primeros brotes, saben que está cerca el verano.  Así también, cuando vean las señales que les dije, piensen que está cerca el Reino de Dios ... Estén alertas para que no les sorprenda este día ... Por eso estén vigilando y orando en todo tiempo, para que se les conceda escapar de todo lo que debe suceder y puedan estar de pie delante del Hijo del Hombre”  (Lc. 21, 28-38). 
 
Oración y vigilancia es lo que nos pide el Señor al relatarnos el Fin de los Tiempos:  orar y actuar como si hoy -y todos los días- fueran el último día de nuestra vida terrena.
Lo importante no es saber el cómo.  Lo importante no es saber el cuándo.  Lo importante es estar siempre preparados.  Lo importante es vivir cada día como si fuera el último día de nuestra vida en la tierra.