Sigue
su andadura, después del merecido paro estival, la Misión de la Misericordia
que empezó en febrero. Ésta quiere ser una invitación a salir de nuestra propia
parroquia, como nos invita el Papa Francisco, para acompañar a nuestros
hermanos allí donde sufren, viven y esperan. De manera especial a nuestros
hermanos enfermos y solos.
Si
desean que algún enfermo sea visitado por los sacerdotes y/ o ministros de la
Comunión lo pueden notificar en el despacho parroquial, en su horario habitual.
Esta semana próxima visitaremos a los enfermos
y rezaremos por las familias, los vecinos, los enfermos y los difuntos de la
calle: José Iranzo.