sábado, 6 de diciembre de 2014

MARÍA EN ADVIENTO.


Todos hemos sido testigos en varias ocasiones cómo los atletas de natación, antes de zambullirse en el agua, cogen fuerza e impulso en un trampolín. María, en este tiempo de adviento se convierte en trampolín donde Dios se hizo hombre como nosotros. Donde el hombre coge tensión y altura para llegar a Dios. Donde Cristo se reviste de nuestra humanidad para ,bajar hasta el mismo hondón donde nos encontramos.

iBendita la Navidad que llega! La necesitamos para calmar aguas, oleajes o aquellas tormentas que nos impiden vivir con la misma tesitura, transparencia y con misma felicidad con que lo hizo María. Adviento: es vivir, con la Madre, la llegada del Hijo.