La Iglesia conmemora el día 2 de noviembre a los fieles difuntos, a todos los nos que han precedido en este mundo y los cuales ˆesa es nuestra esperanza˜viven felices hoy en la Casa del Padre. Parece oportuno dedicar esta asamblea litúrgica a nuestros mayores y así desde hace muchos años, el Abad san Odilón, de Cluny, en el año 998, prescribió que todos los monasterios de la orden, celebrarán un día después de la Solemnidad de Todos los Santos, una memoria general por todos los difuntos. Ya, en el siglo XIV, el Papa admitió esta celebración para toda la Iglesia. Ese es el origen de la conmemoración de esta fiesta.