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lunes, 17 de febrero de 2020

Con un solo Corazón


Se trata de establecer lazos de conocimiento mutuo y unión entre la parroquia de Saint Joseph en El Meniaa - El Golea (Argelia) y nuestra parroquia; también el realizar algunas acciones conjuntas o de promover proyectos, avanzando a través de la Comunión de oraciones y de bienes.
Desde ahora ya comenzamos a interceder por esta parroquia hermana en Argelia.
El Hermanamiento de parroquias es una acción que se enmarca en lo que significa ser una parroquia en salida, misioneras, pues se trata de construir una mutua relación y conciencia.

La idea del hermanamiento de parroquias o ciudades, surgió en algunos países
de Europa con el objetivo de acercar a unas comunidades a otras realidades que
pueden ser semejantes o no. Los primeros hermanamientos datan de hace más de
50 años, y hoy en día la idea se ha extendido por todo el mundo.
Se trata de establecer lazos de conocimiento mutuo y unión; también el
realizar algunas acciones conjuntas o de promover proyectos
A nivel de países y ciudades está muy extendido y la unión europea lo apoya,
Entre las comunidades cristianas y las parroquias se va avanzando a través de la
Comunión de oraciones y de bienes.
Saber que el Hermanamiento de parroquias es una acción que se enmarca en
lo que significa ser una parroquia en salida, misioneras, pues se trata de
construir una mutua relación y conciencia.

Objetivos:
1.- El mutuo conocimiento de la realidad religiosa y de cómo se vive la fe en esas dos parroquias: quiénes son, qué hacen y cómo viven las personas en esas
parroquias. Es preciso conocerse para apreciarse y quererse.
2.- Despertar la espiritualidad de Comunión, de forma que cada una de las dos
parroquias rece, pida y se preocupe de nuestras hermanas y hermanos que viven en la otra parroquia. La otra comunidad ha de llegar a formar parte de mis oraciones
3.- Desarrollar vínculos estrechos de fraternidad. En este sentido ayudar en la
realización de algún proyecto mediante la comunicación cristiana de bienes, tomar conciencia de ayudarse en sus necesidades.

• Al hermanamiento se puede vincular un colegio, una cofradía, un convento,
una asociación, un grupo, etc… que forma parte de la comunidad cristiana.
Y no perder nunca el sentido de la hermandad.


10-12-2019:  Pequeño testimonio de mi experiencia

Soy párroco de la “Parroquia Saint Joseph” de  EL MENIA – EL GOLEA, en donde vivo, os mando este pequeño testimonio:
Por lo que conozco hasta ahora, puedo decir que la Iglesia de Argelia ha dado preferencia al hecho de compartir la vida de los argelinos y colaborar con ellos, ofreciendo un servicio verdadero y gratuito al pueblo argelino.
Está prohibido toda clase de proselitismo directo, por ello no podemos predicar
abiertamente, pero se permite responder a la llamada de un argelino que quiera ser cristiano.
 En estas circunstancias, nuestra vida debe expresar lo que nuestras palabras no
pueden decir. Esta expresión de la fe con la vida, sin palabras, solo la podemos entender como una verdadera obra y fruto del Espíritu Santo; me gusta pensar que se trata de vivir con más fuerza, con mayor intensidad, lo que ha dado siempre sentido a nuestra vida (como un evangelio más simple, pero más vivo).
No esperar a estar más preparados, o condiciones más favorables, o mejores compañeros, … no esperar un futuro mejor, para vivir ya los evangelios.

Algunas notas:

1. Mi vida de cada día incluye rezar, celebrar la eucaristía a las religiosas de La Salette, leer, estudiar francés y pronto el árabe; también visitar algunas familias y personas, encuentros con simples vecinos para visibilizar y compartir la buena vecindad; la colaboración en algunos pequeños asuntos, etc… en definitiva, todo lo que significa estar de veras aquí, forma parte de mi vida cotidiana.

2. Estas gentes son muy religiosas, y su vida viene marcada por la mezquita, y las llamadas que se hacen a la oración a lo largo del día. Según el horario solar la primera llamada en estos días es hacia las 05’40h., y la última es después de las 21h. Son 5 llamadas cada día.
        También las fiestas vienen marcadas por la mezquita y el Islam. A principios de noviembre el día 9, se celebraba el Mouloudkoum (la natividad del profeta Mohamen), y los altavoces de la mezquita estuvieron conectados ininterrumpidamente durante 48 horas, dándonos una lectura continua del Corán, una lectura melodiosa, poética y rítmica; ponderando -me dicen- la belleza interna del texto coránico.

3. Esta gente es, pues, es muy religiosa y al mismo tiempo me da la sensación de que son muy tolerantes y respetuosos, al menos con nosotros los cristianos. Muchísimas personas por la calle o en el mercado, preguntan: “Ah, ¿usted es el Padre?”,  Si, respondo yo, y a continuación me dicen y me repiten “bienvenido”; , y también al saludar al estilo de aquí diciendo “Salam”, me contestan diciendo “bonjour mon Père”, como diciéndome “estás entre amigos, te reconocemos”.

4. En esta ciudad de más de 50.000 habitantes, los cristianos formamos una pequeñísima comunidad: somos 5 o 6 personas y todos extranjeros. Aquí somos cristianos solo los extranjeros. Los cristianos autóctonos sí que existieron (sobre todo con la figura tan potente del Beato Carlos de Foucauld), hasta los años sesenta, pero con la independencia se fueron a Francia, que les ofreció un trabajo y la nacionalidad, y allá encontraron más libertad para practicar la nueva religión cristiana.
        Así pues, no tenemos fieles, pero tenemos un pueblo; ellos quieren que estemos aquí; muchas palabras y actitudes de estas personas reflejan el reconocimiento de esta realidad. Parece que les damos confianza o seguridad, no sé ... esperanza; nuestra minúscula presencia cuenta; están como satisfechos de que estemos aquí, … como si nuestra presencia les añadiera algo valioso.

5. Es cierto también, que hay algunos amigos, que los consideramos como cristianos de corazón; es decir personas que reconocen a Jesús, conocen muchos pasajes enteros del evangelio, muchas palabras y sentencias de Jesus, y viven valores evangélicos; se ha iniciado -podemos decir- y viven una cierta evangelización, pero no practican los sacramentos, no van a la Iglesia ni se reúnen con otros cristianos, pues eso les complicaría muchísimo la vida, tanto en sus relaciones familiares, como laborales y sociales.

6. Durante más de 2 años, aquí en EL MENIA, no hubo sacerdote. La presencia cristiana la han mantenido las 4 religiosas de Ntra. Sra. de La Salette que, además, ofrecen un servicio muy importante de rehabilitación y atención a los niños discapacitados (por su casa pasan unos 40 menores discapacitados físicos a la semana), y también ofrecen un taller de ayuda y refuerzo a las madres. Los padres (varones) por desgracia, abandonan la atención a sus hijos discapacitados.
         El servicio a los más pobres y abandonados, se concreta también, por ejemplo, en la visita y la asistencia que damos a los presos en las diversas cárceles, pues hay muchos emigrantes cristianos presos, que llegan desde el África subsahariana, de Camerún, Mali, Burquina F. y Nigeria, principalmente. Por falta de documentación, al igual que en Europa, son detenidos y encarcelados. Estos están totalmente abandonados: jóvenes trabajadores,
cristianos, emigrantes presos.

7. Una última observación: quiero comentar que, a 4 km de aquí, está el poblado de San José (conocido como Bel Bechir), con una preciosa Iglesia, que es la iglesia visible del Sahara.
  Tiene un pequeño cementerio cristiano, con unas 70 tumbas, de misioneros y cristianos locales, entre las que destaca la tumba del Bienaventurado Carlos de Foucauld; trasladado aquí desee Tamanrrasset en los años treinta (es el cementerio cristiano más cercano al lugar de su muerte que dista unos 800 Km).
       Como he tenido la suerte de ser el cura guardián de la tumba del Hno Carlos, varias tardes a la semana suelo estar allí y, aparte de mi personal peregrinación, siempre encuentro personas (musulmanes claro¡¡) que se interesan y preguntan por el Hno Carlos de Foucauld, el cual incluso después de tantos años, nos ayuda a descubrir la importancia de la acogida, y el sincero compromiso de amor para con los demás.
                           Jesús Cervera.


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