Celebraremos el próximo domingo una fiesta de amor. Jesús
de Nazaret quiso quedarse con nosotros para siempre. Su presencia real en el
Sacramento del Altar es, claramente, un portentoso milagro de amor que nos
inunda y nos hermana. Esta fiesta comenzó a ser celebrada por toda la Iglesia
en 1264 y por decisión del Papa Urbano IV. Ya desde entonces se hacía la
exposición solemne del Sacramento y se celebraba una procesión con el
Santísimo.
Nosotros,
aquí y ahora, debemos de sentir una enorme alegría de que Jesús, nuestro
Maestro, no nos dejó solos y que Él está siempre cerca de nosotros.
La colecta del próximo domingo es
para Cáritas.